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martes, 18 de septiembre de 2007

1º Día: Bronca en el aeropuerto de Manises.





Ya iba con prisa porque creía que llegaba tarde al embarque. Con el tiempo justo me dieron el billete y embarqué sin ningún tipo de problemas. Tenía asignado el vuelo Iberia 8979 en la puerta R51 a las 12:55 y después de esperar donde me dijeron me llaman por megafonía, me mosqueé un poco y fui. La chica me dijo que había surgido un problema en el vuelo de Madrid y que me habían cambiado el vuelo al de Iberia 0333 en la puerta A08 a las 14:10. Éste vuelo ya me venía un poco apretado porque el embarque en Madrid para Dublín lo tenía a las 15:45 para llegar a Dublín a las 17:40.

Pues éste no fue el último cambio que me hicieron en todo el día, que por cierto se me hizo muy largo y acabé cansado.

Pues el segundo vuelo lo vuelven a cancelar en el último momento por problemas técnicos en el avión. Todo el mundo empezó a protestar y a enfrentarse con los de Iberia porque perdían los enlaces, yo entre ellos. Fuimos todos al mostrador para ver que hacían con los enlaces de cada uno. En este momento vi como saltaban chispas por las cabezas de las personas. Cuando les enseño mi billete me dicen que puede que salga un vuelo para mí a las 20:00. Yo aún no había comido porque pensaba comer en Madrid en el McDonald de la T4. Lo único que se ocurre es darme un vale por las molestias para canjear por un bocadillo y refresco.

Con todo esto, cogí el libro de reclamaciones y puse una bonita y larga explicación de todo lo que había hecho Iberia. En el apartado de solución, puse que quería una indemnización económica por las molestias y que me pagaran un hotel en Madrid porque no me especificaron cuando salía el vuelo para Dublín.

Pero lo mejor de todo era la gente con la que hablabas en cada cola, porque te ibas haciendo amigos de ellos. Yo no tenía casi problemas viajaba los dos vuelos con Iberia, el problema lo tenían los que viajaban luego con otra compañía. Porque éstos perdían seguro el dinero. Hubo una pareja que pidió sus maletas porque iban a alquilar un coche para irse a Madrid porque sino perdían su vuelo para Argentina.

Pasaban las horas entre cola y cola y seguían sin poner solución, hasta que a las 17:00 me atendió una chica y me dijo que hoy podía llegar a Dublín. Por fin!!! Yo aún no había comido. Gggg pues sabéis cual fue la solución?? Que en lugar de ir a Madrid me iba a Milán para coger allí el de Dublín, que fuerte. Así que me fui a Milán sin tener ni idea del italiano. Lo mejor de todo fue que Iberia me puso en bussines en la compañía de Alitalia, ahí ya me cambió la cara. Éste vuelo tardó 2 horas y media. Así que me fui corriendo a por el bocadillo del vale porque sino lo iba a malgastar porque me iba de Manises.

Durante el vuelo me dieron de comer muy bien y me puse a leer L’Estampa (periódico italiano). Una vez en Milán, busqué enseguida donde tenía el siguiente vuelo y ya está. Para asombro mío vi la tienda Ferrari y a muchas ‘ragazzas’.

El vuelo con Airlingus para Dublín no me gustó nada, a las azafatas no se le entendían nada el inglés y encima no te daban nada gratis. Pero bueno ya era hora de escuchar algo de inglés. El vuelo duró casi 3 horas. Aquí ya estaba pensando que hacer una vez llegase a Dublín porque seguro que no tenía a nadie para recogerme.

Una vez en el aeropuerto de Dublín, todos los pasillos, anuncios y demás tenían que ver con la selección de rugby de Irlanda.

Lo que hice fue ir a información para que llamasen a Ann. Cogí un taxi, que por cierto menuda pedazo de cola. Le di la dirección escrita con el móvil de Ann y ya está. EL taxista era muy gracioso, iba cantando y de vez en cuando me preguntaba cosas. Cuando estábamos a punto de llegar llamó a Ann para que le explicara bien como llegar y saliera a por mí. Cené a la 01:00 un sándwich y a la cama a las 02:00 porque me estuvo explicando cosas de la casa.

Otra cosa, mi compañero de habitación es Víctor y es de León.

La casa es una pasada conforme lo que nos cuentan los demás. Ann tiene un baby de 2 años que es una risa y chapurrea el inglés. Pero hablar o escuchar a Ann es sencillo. Por el momento me cuesta hablar inglés pero ya me soltaré.




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